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Algunos mitos y realidades sobre valoraciones y tasadores de bienes inmuebles

Mito: El valor tasado debe ser igual al valor de mercado.
Realidad: Aunque la mayorᅵa de los estados sustente el concepto de que el valor tasado es similar al valor de mercado estimativo, muchas veces no es asᅵ. Por ejemplo, cuando se ha remodelado el interior de la casa y el tasador no tiene conocimiento de las mejoras, o cuando las propiedades vecinas no han sido revaloradas desde hace mucho tiempo.

Mito: El valor tasado de la propiedad varï¿œa si la valoraciï¿œn es hecha por el comprador o por el vendedor.
Realidad: El tasador no tiene interï¿œs personal en el resultado de la valoraciï¿œn y debe prestar su servicio de manera independiente, objetiva e imparcial, sin importar quiï¿œn solicite la valoraciï¿œn.

Mito: El valor de mercado debe ser cercano al costo de reposiciï¿œn.
Realidad: El valor de mercado tiene como base lo que una persona interesada en comprar le pagarï¿œa a la persona interesada en vender por cierta propiedad, sin que una u otra se vea presionada a comprar o vender. El costo de reposiciï¿œn es la cantidad de dinero necesaria para reconstruir una propiedad equivalente.

Mito: Los tasadores usan una fᅵrmula, algo asᅵ como un precio por metro cuadrado, para determinar el valor de una casa.
Realidad: El tasador analiza en detalle todos los factores pertinentes al valor de una casa, como su localizaciï¿œn, estado, tamaï¿œo, proximidad a instalaciones o servicios y precios de venta recientes de propiedades comparables.

Mito: En una economï¿œa fuerte, si se verifica que los precios de venta de casas en cierto lugar han aumentado un dado porcentaje, es de suponer que el valor de cada propiedad situada en ese lugar se incremente en la misma proporciï¿œn.
Realidad: La valorizaciï¿œn de una determinada propiedad debe ser determinada individualmente, tomando como base datos de propiedades comprables y otras consideraciones pertinentes. Esto ocurre en todas las ï¿œpocas, sean buenas o malas.

Mito: Generalmente basta observar la parte externa para saber cuï¿œnto vale una casa.
Realidad: El valor de una propiedad depende de muchos factores, como localizaciï¿œn, estado, mejoras, comodidades y tendencias del mercado.

Mito: Dado que el consumidor paga por la valoraciï¿œn al solicitar un prï¿œstamo para comprar o refinanciar un inmueble, la valoraciï¿œn le pertenece.
Realidad: En verdad, la valoraciᅵn pertenece legalmente al prestamista, a menos que ᅵste ᅵrenuncie a su derechoᅵ sobre el documento. Sin embargo, el consumidor tiene derecho a recibir una copia del informe de valoraciᅵn si presenta un pedido por escrito, segᅵn establece la Ley de Igual Oportunidad de Crᅵdito.

Mito: El consumidor no debe preocuparse por lo que contiene el documento de valoraciï¿œn, siempre y cuando ï¿œste satisfaga las necesidades de su instituciï¿œn de crï¿œdito.
Realidad: El consumidor tiene que leer una copia de su valoraciï¿œn para poder verificar su exactitud y cuestionar el resultado. Por lo demï¿œs, el informe es un antecedente valioso para futuras consultas, pues contiene informaciï¿œn ï¿œtil y muchas veces reveladora, como la descripciï¿œn legal y fï¿œsica de la propiedad, mediciï¿œn de superficies, lista de propiedades comparables en las cercanï¿œas, descripciï¿œn del barrio y una explicaciï¿œn de la actividad inmobiliaria y/o de las tendencias de mercado en la vecindad al momento de la valoraciï¿œn.

Mito: Los tasadores sï¿œlo son contratados para estimar valores de bienes inmuebles en ventas que comprenden transacciones hipotecarias.
Realidad: Segᅵn estᅵ cualificado y habilitado, el tasador puede prestar y de hecho presta una gama de servicios, entre los cuales consultorᅵa para planeamiento de sucesiᅵn, soluciᅵn de pleitos, revisiᅵn de zonificaciᅵn y valoraciᅵn impositiva y anᅵlisis de costo / beneficio.

Mito: Valoraciï¿œn es lo mismo que inspecciï¿œn de casa.
Realidad: La valoraciï¿œn no tiene la misma finalidad que la inspecciï¿œn de casa. El Tasador le da forma a un parecer sobre valor en el proceso de valoraciï¿œn y su consiguiente informe. El inspector de casas, en cambio, verifica el estado de la casa y de sus principales elementos y da un informe de sus observaciones.